ESCUELA DE OFICIALES DE LA POLICIA
NACIONAL DEL PERU
INFORME DE LECTURA N°04
LÓGICA
Caso: “El
asesinato de Silvia Myriam Fefer Salleres”
APELLIDOS Y NOMBRES: CABRERA
HUAMAN JHONY
Año:
C1-EO PNP Sección:
“A”
N° de Orden: 14 Fecha: 06/10/2013
Catedrático: Mg. Dante Arturo Hurtado Zaravia
I.- PRESENTACIÓN DEL CASO:
Myriam
tenía dos hijos y tres perros malteses. Uno de los canes era suyo, el otro de
Eva y el tercero pertenecía a su hijo, Ariel. Según una allegada a la familia,
Myriam siempre dormía con los tres malteses en su habitación, localizada en el
primer piso de la casa. Curiosamente justo el día de su muerte, sus hijos se
llevaron a los perros para que pasaran la noche con ellos, en el segundo piso.
Según los peritos de criminalística la víctima se defendió, ya que su
dormitorio estaba revuelto. Tenía moretones, las uñas rotas y llevaba el ADN de
su agresor en ellas. La puerta no fue forzada. Los ocupantes dicen no haber
escuchado nada. Dicen que los perros no ladraron. Aún hoy, tres años después
del crimen, muchos cabos siguen sueltos. Las hipótesis que parecen ciertas no
son probadas, los perros asesinos siguen sin ladrar.
“No quiero declarar, es algo privado, es como si yo te preguntara a quien te tiraste”, contesta Eva Bracamonte Fefer desde el intercomunicador de la casa en la que su madre fue asesinada. A Eva no necesitamos preguntarle a quien se tira y menos aún donde lo hace. Según una fuente, Eva duerme con Liliana Castro Mannirelli en el mismo cuarto y la misma cama que fueron de su madre. Liliana se mudó al 219 de Paul Harris (en San Isidro) un día después de que Myriam murió. Liliana es ex futbolista de la San Martin y hoy gerente general de Sideral, la empresa de la que hoy Eva es accionista mayoritaria. “La señora y Eva siempre se llevaron mal, pero cuando ella se enteró que su hija era lesbiana la cosa se volvió terrible. Eso ocurrió semanas después de que la chica (Eva) regresara de Israel, donde fue mandada por su madre”, precisa la fuente quien además fue a trabajar en la casa de los Fefer el mismo día del asesinato. “Después de que me llamaron a declarar a la Dinincri, Eva me preguntó si a mi también me habían calateado. A ella se lo hicieron porque querían ver si tenía arañones o algo así. Cuando declaré, mi primo que es abogado me ayudó. Eva me pidió su número y lo llamó para preguntarle sobre mi declaración y dijo que estaba interesada en saber sobre el proceso”.
15 de agosto del 2006; 6:30 am. Simón Huarcaya, mayordomo de la familia entra a la habitación. Sylvia Myriam Fefer Salleres se encuentra tendida en posición de cubito dorsal en el piso de su cuarto. Myriam tiene 51 años, las uñas pintadas de rojo y el polo manchado de sangre. Myriam ha sido ahorcada en la madrugada con un cable de computadora. Labios amoratados, restos de sangre en sus uñas destrozadas. El personaje que depósito su ADN en ellas sigue sin ser confirmado, a pesar de las pruebas que apuntan al culpable.
Hugo Trujillo Ospina ingresó en agosto del 2006 al país utilizando el nombre de su hermano, David. El delincuente que cumple prisión en Salta, Argentina, se ufanó frente a sus compañeros carcelarios, el haber asesinado por encargo a una multimillonaria peruana. Según se afirma en el reportaje de febrero del presente año del programa “Cuarto Poder”, primero la policía pensó que se trataba de un “rata”, pero luego la suegra de Trujillo le contó a la policía la misma historia que el “presioso” y dijo además que la mujer asesinada se apellidaría Fefer y que la asesina intelectual habría sido la hija de la víctima, Eva. La mujer afirmó poseer los mails que se mandaban Trujillo y Bracamonte Fefer. La puerta de la casa no fue forzada, por lo tanto, según la policía, Myriam le abrió la puerta al asesino porque lo conocía o talvez uno de los ocupantes del inmueble lo hizo. Talvez fue Eva, talvez fue Ariel, talvez fueron los dos. Igual los perros no ladraron.
El móvil del crimen sería, según la prensa, una suculenta herencia del padre de Myriam, Enrique Fefer. La herencia ascendía a 2 millones 678,000 soles Y estaba conformada por algunos inmuebles, la casa de Paul Harris y las empresas inmobiliarias Sideral y Cosmos. Los cinco hijos de Enrique Fefer (incluida Myriam) estaban en disputa por la sangrienta herencia. A ellos les correspondía dos tercios de esta. El tercio de libre disponibilidad había sido puesto en manos de la hija predilecta de don Enrique, Myriam, pero luego este decidió quitárselo y ponerlo en nombre de su nieta, Eva. La prensa dice que este sospechaba que Myriam en combinación con su madre habían querido asesinarlo. Estaba acordado que luego de cumplir los 18 años, Eva le devolvería a su madre el porcentaje que tenía de la herencia. Myriam murió un día antes de la fecha en la que (según lo acordado) Eva trasferiría este dinero de nuevo a su madre.
Eva la del nombre bíblico, la que robo la manzana, la que en este caso pudo haber matado por ella. Eva es según la policía y la prensa, la principal sospechosa. Pero ¿Dónde queda Ariel en esta historia? Ariel Bracamonte Fefer fue echado de su casa por su hermana poco tiempo después de la muerte de Myriam. Según una fuente, Ariel adoraba a su madre. Según sus declaraciones a Cuarto Poder, él dice ya no confiar ni en su hermana ni en nadie y deja entrever que cree que ella es la culpable. Ariel se parece a su hermana. A ambos les cambio la vida luego de la muerte de su madre, ambos declararon a la prensa luego de que falleció, ambos son (según su entorno afirma) homosexuales, ninguno de ellos dice haber escuchado los gritos de su madre al ser asesinada. Ariel podría haber apoyado a su hermana en el crimen y luego haber ser echado por ella cuando no le servía en sus planes.
Con los últimos indicios (aunque no tan últimos ya que fueron publicados por la prensa en febrero de este año) varios nombres se han desdibujado de la lista de posibles implicados. Entre ellos estaban los cuatro medios hermanos de Myriam, cuyo móvil sería la disputa por la manzana de la discordia que luego se llevó y se comió Eva, quien sigue viviendo en su Edén. Otro sospechosos era Pinkas Flint, el abogado y supuesto blanco del amor obsesivo de la difunta ya que en su amplio walking closset se encontró un altar con objetos de hechicería y la foto del susodicho. El padre de Eva y Ariel y uno que otro amante ocasional de la Fefer también han perdido protagonismo en la lista de los presuntos asesinos.
La policía peruana afirma que siempre se sospechó de la joven. Pero la policia tardó bastante en actuar. “Todo funciona o deja de funcionar por la plata”, afirma un serenazgo de la zona. En la Paul Harris todos dicen no saber nada del tema, mientras desvían sus miradas con ojos asustados. El hombre que custodia la calle desde una caseta niega saber que en esa casa hubo un asesinato. Eva sigue libre hablando desde su intercomunicador a quien le pregunte del caso, sin negar nada, sin aceptar nada. Eva sigue sin ser procesada, las pruebas de ADN de Trujillo Ospina que confirmarían que el fue el asesino siguen sin llegar. Perros ansiosos, perros ambiciosos que tal vez mataron por herencias, por pagos, por envidias, que se metieron con los de su mismo sexo. Perros que tal vez mordieron a los suyos, perros que ocultan, que callan, que mienten. Perros a los que aún hoy no se les escucha ladrar.
“No quiero declarar, es algo privado, es como si yo te preguntara a quien te tiraste”, contesta Eva Bracamonte Fefer desde el intercomunicador de la casa en la que su madre fue asesinada. A Eva no necesitamos preguntarle a quien se tira y menos aún donde lo hace. Según una fuente, Eva duerme con Liliana Castro Mannirelli en el mismo cuarto y la misma cama que fueron de su madre. Liliana se mudó al 219 de Paul Harris (en San Isidro) un día después de que Myriam murió. Liliana es ex futbolista de la San Martin y hoy gerente general de Sideral, la empresa de la que hoy Eva es accionista mayoritaria. “La señora y Eva siempre se llevaron mal, pero cuando ella se enteró que su hija era lesbiana la cosa se volvió terrible. Eso ocurrió semanas después de que la chica (Eva) regresara de Israel, donde fue mandada por su madre”, precisa la fuente quien además fue a trabajar en la casa de los Fefer el mismo día del asesinato. “Después de que me llamaron a declarar a la Dinincri, Eva me preguntó si a mi también me habían calateado. A ella se lo hicieron porque querían ver si tenía arañones o algo así. Cuando declaré, mi primo que es abogado me ayudó. Eva me pidió su número y lo llamó para preguntarle sobre mi declaración y dijo que estaba interesada en saber sobre el proceso”.
15 de agosto del 2006; 6:30 am. Simón Huarcaya, mayordomo de la familia entra a la habitación. Sylvia Myriam Fefer Salleres se encuentra tendida en posición de cubito dorsal en el piso de su cuarto. Myriam tiene 51 años, las uñas pintadas de rojo y el polo manchado de sangre. Myriam ha sido ahorcada en la madrugada con un cable de computadora. Labios amoratados, restos de sangre en sus uñas destrozadas. El personaje que depósito su ADN en ellas sigue sin ser confirmado, a pesar de las pruebas que apuntan al culpable.
Hugo Trujillo Ospina ingresó en agosto del 2006 al país utilizando el nombre de su hermano, David. El delincuente que cumple prisión en Salta, Argentina, se ufanó frente a sus compañeros carcelarios, el haber asesinado por encargo a una multimillonaria peruana. Según se afirma en el reportaje de febrero del presente año del programa “Cuarto Poder”, primero la policía pensó que se trataba de un “rata”, pero luego la suegra de Trujillo le contó a la policía la misma historia que el “presioso” y dijo además que la mujer asesinada se apellidaría Fefer y que la asesina intelectual habría sido la hija de la víctima, Eva. La mujer afirmó poseer los mails que se mandaban Trujillo y Bracamonte Fefer. La puerta de la casa no fue forzada, por lo tanto, según la policía, Myriam le abrió la puerta al asesino porque lo conocía o talvez uno de los ocupantes del inmueble lo hizo. Talvez fue Eva, talvez fue Ariel, talvez fueron los dos. Igual los perros no ladraron.
El móvil del crimen sería, según la prensa, una suculenta herencia del padre de Myriam, Enrique Fefer. La herencia ascendía a 2 millones 678,000 soles Y estaba conformada por algunos inmuebles, la casa de Paul Harris y las empresas inmobiliarias Sideral y Cosmos. Los cinco hijos de Enrique Fefer (incluida Myriam) estaban en disputa por la sangrienta herencia. A ellos les correspondía dos tercios de esta. El tercio de libre disponibilidad había sido puesto en manos de la hija predilecta de don Enrique, Myriam, pero luego este decidió quitárselo y ponerlo en nombre de su nieta, Eva. La prensa dice que este sospechaba que Myriam en combinación con su madre habían querido asesinarlo. Estaba acordado que luego de cumplir los 18 años, Eva le devolvería a su madre el porcentaje que tenía de la herencia. Myriam murió un día antes de la fecha en la que (según lo acordado) Eva trasferiría este dinero de nuevo a su madre.
Eva la del nombre bíblico, la que robo la manzana, la que en este caso pudo haber matado por ella. Eva es según la policía y la prensa, la principal sospechosa. Pero ¿Dónde queda Ariel en esta historia? Ariel Bracamonte Fefer fue echado de su casa por su hermana poco tiempo después de la muerte de Myriam. Según una fuente, Ariel adoraba a su madre. Según sus declaraciones a Cuarto Poder, él dice ya no confiar ni en su hermana ni en nadie y deja entrever que cree que ella es la culpable. Ariel se parece a su hermana. A ambos les cambio la vida luego de la muerte de su madre, ambos declararon a la prensa luego de que falleció, ambos son (según su entorno afirma) homosexuales, ninguno de ellos dice haber escuchado los gritos de su madre al ser asesinada. Ariel podría haber apoyado a su hermana en el crimen y luego haber ser echado por ella cuando no le servía en sus planes.
Con los últimos indicios (aunque no tan últimos ya que fueron publicados por la prensa en febrero de este año) varios nombres se han desdibujado de la lista de posibles implicados. Entre ellos estaban los cuatro medios hermanos de Myriam, cuyo móvil sería la disputa por la manzana de la discordia que luego se llevó y se comió Eva, quien sigue viviendo en su Edén. Otro sospechosos era Pinkas Flint, el abogado y supuesto blanco del amor obsesivo de la difunta ya que en su amplio walking closset se encontró un altar con objetos de hechicería y la foto del susodicho. El padre de Eva y Ariel y uno que otro amante ocasional de la Fefer también han perdido protagonismo en la lista de los presuntos asesinos.
La policía peruana afirma que siempre se sospechó de la joven. Pero la policia tardó bastante en actuar. “Todo funciona o deja de funcionar por la plata”, afirma un serenazgo de la zona. En la Paul Harris todos dicen no saber nada del tema, mientras desvían sus miradas con ojos asustados. El hombre que custodia la calle desde una caseta niega saber que en esa casa hubo un asesinato. Eva sigue libre hablando desde su intercomunicador a quien le pregunte del caso, sin negar nada, sin aceptar nada. Eva sigue sin ser procesada, las pruebas de ADN de Trujillo Ospina que confirmarían que el fue el asesino siguen sin llegar. Perros ansiosos, perros ambiciosos que tal vez mataron por herencias, por pagos, por envidias, que se metieron con los de su mismo sexo. Perros que tal vez mordieron a los suyos, perros que ocultan, que callan, que mienten. Perros a los que aún hoy no se les escucha ladrar.
Todo indica que el asesinato de la empresaria Myriam
Fefer Salleres, de 50 años, es uno de los más misteriosos de los últimos años.
Cuarenta y cuatro días después de que su cuerpo fuera encontrado estrangulado
en su residencia de San Isidro, aún no es identificado el asesino material,
pero pistas hay y muchas. No era cuestión de mirar muy lejos. La Policía
corroboró que Fefer Salleres tenía tantos enemigos como amigos, incluso en su
propia familia. Un día después del crimen dos misteriosos amigos de los hijos
herederos llegaron con sus valijas a la casa de San Isidro, lo que ha
despertado la sospecha de los agentes. ¿Guarda esto alguna relación con el
homicidio? Quizá. En todo caso, la única certeza que se tiene es que la víctima
conocía a su asesino. Aunque más de uno deseaba su muerte.
El curtido policía se apoltrona en su destartalado
sillón de cuero y prende un cigarrillo. Son aproximadamente las seis de la
tarde y, a esta hora, la División de Homicidios luce particularmente lúgubre y
desolada. –¿Quieres ver unas fotos?–, pregunta con voz aguardentosa, quebrando
el silencio de la oficina. No espera la respuesta. De una gaveta de su
escritorio saca un sobre manila en el que se lee “Caso Fefer” y, en un acto
mecánico, extrae una por una las 80 imágenes a color de la escena del crimen.
Un cuerpo ensangrentado golpea la vista en la
primera fotografía. El cadáver de Myriam Fefer Salleres aparece sobre el piso
de su propio dormitorio, a un lado de la cama. Su pijama está cubierto de
sangre, pero eso no es lo que impresiona. Dos surcos grises (de 34 x 0.4
centímetros) recorren su cuello producto del estrangulamiento con un cable de
la computadora.
Sus uñas aún pintadas de rojo están quebradas
porque se aferró, se aferró a la vida. El desorden del dormitorio, perennizado
en esta serie de fotos nunca antes mostrada a la prensa, confirma que ella, una
mujer fuerte y explosiva, luchó con su asesino en medio de la oscuridad y el
pavor.
Una herida en el muslo, moretones en los brazos y
sangre salpicada en las sábanas blancas completan el cuadro macabro. Los
agentes de Homicidios han repasado estas imágenes una y otra vez desde el
crimen, la madrugada del pasado 15 de agosto, y siempre arriban a una certeza
perturbadora.
–Ella conocía a su asesino -, dictamina el agente
soltando una bocanada de humo. El homicida, está claro, no forzó la puerta para
ingresar a la residencia de Paul Harris, en San Isidro. Cruzó el jardín sin
alertar a los perros e ingresó como un alma en pena al dormitorio de la empresaria.
Sin mayor aspaviento. Si hubiese sido un criminal contratado (o experto),
apunta el investigador, habría llevado consigo su propia arma homicida.
Aún así, los policías creyeron inicialmente que
sería difícil hallar a algún sospechoso de su círculo íntimo que pudiese
haberla odiado lo suficiente como para matarla. Con los días quedaría claro que
estaban equivocados.
Habla
el Esposo
–Pienso
que puede haber sido alguien allegado a la casa. Alguien que durmió a los
chicos, a los perros y a Simón, el mayordomo. Es extraño que ninguno de los
perros ladrara. Además, Simón dormía en el segundo piso.
Lo dice Marcos Bracamonte, empresario trujillano y
ex esposo de Myriam Fefer. Es la primera vez que decide contar sus sospechas a
la prensa.
–No creo en la versión de que haya sido un amante,
tal y como llegó a pensar la Policía (CARETAS 1940)–, insiste Bracamonte. Ella
era coqueta, pero si hubiese tenido un encuentro romántico, no habría estado
vestida con la ropa de cama que usaba siempre. Se hubiese arreglado.
Myriam Fefer, en efecto, era una mujer conocida por
buscar la perfección. Su maquillaje debía estar siempre impecable, el atuendo
provocativo, las uñas acicaladas y el perfume embriagante. Sólo algunas
personas sabían de su operación de aumento de busto y aplanamiento de abdomen.
Su vanidad era sólo comparable a su temperamento explosivo.
La Policía, en todo caso, es más cautelosa y no ha
quitado de la mira a los amigos íntimos de la empresaria. Uno de ellos es
Fernando Gordillo, un funcionario de la Municipalidad del Callao que habría
sido el último en mantener un romance con la víctima, de acuerdo a versiones
policiales.
Bracamonte, por cierto, tampoco da crédito a las
sospechas que se ciernen sobre sus hijos ABF y Eva, de 17 y 18 años,
respectivamente.
–Para mi es inconcebible pensar que ellos hayan
tenido algo que ver con la muerte de su madre porque los tres eran muy unidos.
Les gritaba y discutían mucho, pero al minuto ya estaban abrazándose otra vez.
Al equipo de Homicidios, sin embargo, le llamó la
atención un hecho particular ocurrido un día después del asesinato: mientras la
comunidad judía se reunía para sepultar a la empresaria, dos visitantes
llegaron a la residencia de Paul Harris: Julio Moscol y Lily Castro Mannarelli.
Ambos, de 31 y 21 años respectivamente, son amigos
de los hijos de Myriam Fefer. Lo curioso es que arribaron con unas valijas,
como si pretendiesen quedarse a vivir allí ahora que la madre ya no está. Poco
después una reunión en la casa extrañó a los vecinos: se escuchaban risas y
bromas.
Marcos Bracamonte dijo a CARETAS que discutió con
sus hijos por la presencia de los inesperados huéspedes, pero ellos insistieron
en que sus amigos se quedarían allí por un tiempo. El padre tuvo que marcharse
de la casa.
No fue el único en irse. Allegados a Myriam Fefer
también se alejarían poco a poco. “Demasiadas cosas raras están pasando en ese
lugar. No me gusta lo que está sucediendo allí”, sostuvo una amiga de la
familia.
Con el correr de los días, Moscol y Castro
Manarelli serían vistos disponiendo de las propiedades de los Fefer. “Esa
chica, incluso, maneja el Mercedes Benz que perteneció a Enrique Fefer, padre
de Myriam”, contó a esta revista una persona que acudió a la casa de San
Isidro, la semana pasada.
Interrogado por la Policía, Julio Moscol dijo ser
profesor de teatro y añadió que era sobrino de la actriz Denisse Moscol y amigo
de Coco Marusix, además de trabajar en un programa de Frecuencia Latina.
Pero los agentes de Homicidios descubrieron que
mentía. Moscol, quien se hace llamar ‘Giulius’, labora en el exclusivo bar gay
Noxiz de la cuadra 1 de Manuel Bonilla, en Miraflores. Dicen que lee el tarot y
que es conocido por su presunta inclinación a las conquistas rentables y al
dinero fácil. Esta semana, dijo una fuente policial, volverá a ser interrogado
y se le someterá también a una prueba psicológica para determinar su perfil.
Es probable, según la Policía, que Moscol haya
conocido a ABF en ese local o en la discoteca miraflorina Downtown, donde el
hijo menor de la empresaria asesinada fue visto el último sábado, día del Rosh
Hashana o Año Nuevo judío.
Lily Castro Mannarelli, por otro lado, es sobrina
del prontuariado Luis Mannarelli Rachitoff, ex miembro del llamado ‘Clan
Calígula’, aquel grupo de chicos malos dirigido por Fernando de Romaña, cuyo
asesinato en 1992 aún persiste en el misterio (CARETAS 1199). La muchacha
también ha sido vista frecuentando las oficinas de la Inmobiliaria Sideral,
empresa que tras la muerte de Myriam ha quedado en manos de su hija y heredera
Eva Bracamonte.
El
Testamento
–A ver,
nómbrame un sospechoso, le pidió el policía a ABF durante uno de sus
interrogatorios, la semana pasada. El muchacho no se tomó un segundo para
responder: Félix Fefer, dijo. Él odiaba a mi madre.
El aludido es hermano del padre de Myriam, Enrique
Fefer. Según su propio sobrino-nieto, “siempre maltrató e hizo daño a mi
madre”.
Myriam Fefer y su tío andaban enfrascados en una
pugna por acceder a una cuenta bancaria de Enrique Fefer en los EE. UU. Quien
manejó la cuenta por años era Marco Fefer, otro tío de Myriam, pero el padre de
la empresaria la nombró única beneficiaria, aunque la alegría le duraría poco.
En 1999, y convencido por sus hermanos, Enrique
Fefer denunció a su esposa Clorinda Salleres y a su hija Myriam de intento de
asesinato.
Enrique Fefer Rotstain, nacido en 1924 en
Ostrowiec, Polonia, era un hombre robusto, fuerte e impetuoso, pero tenía una
debilidad: una avanzada diabetes, lo que lo obligaba a cuidar su alimentación
al milímetro.
Según la denuncia policial, ambas habrían intentado
matarlo inyectándole un líquido azucarado para provocarle un coma diabético. El
caso fue llevado a los tribunales, pero el padre ya había decidido tomar
medidas preventivas: el 30 de mayo del 2002, modificó su testamento, escrito y
registrado dos años antes, y desheredó a su hija Myriam.
En el primer testamento –del 20 de mayo de 1998–
Fefer había dispuesto que su fortuna, avaluada en US$ 2’678,556.83, se
dividiera en tres. Dos tercios serían repartidos entre sus cinco hijos,
mientras que el otro tercio (US$ 892.852.27), se dividiría entre sus hijas
Sonia Fefer Herrera y Myrian Fefer Salleres. A esta última le dejaba también la
residencia de Paul Harris.
Pero en su modificación despojó a Sonia y Myriam
del tercio de su fortuna y se lo entregó a su nieta Eva Bracamonte (18).
También le obsequió la casa de San Isidro con una condición: que le permita
vivir allí a su madre.
Enrique Fefer, mientras tanto, no cejó en su
intento por llevar a su esposa e hija a la cárcel. En noviembre del 2003 estuvo
a punto de lograrlo, pero enfermó y murió. Sus hermanos sostienen que Myriam lo
habría asesinado.
–Myriam tenía muchos y cercanos enemigos–, dijo a
la Policía el abogado Pinkas Flint Blanck. Era debido a su carácter, a su
ambición.
El nombre de Flint Banck saltó a la prensa, cuando
la Policía encontró en el dormitorio de la víctima una suerte de altar con
velas, santería y fotografías recortadas, entre las que figuraba la del
reconocido letrado.
Ambos eran viejos conocidos. Estudiaron juntos en
el colegio judío León Pinelo, promoción 71. Pero era, en sí, una antigua
relación familiar, añade Pinkas. No sólo eso: Enrique Fefer, en su testamento,
nombró como albacea a Jacobo Flint Gross padre.
Tras la muerte de Fefer, el testamento pasó a manos
de Pinkas. El romance entre la empresaria y el abogado, dicen allegados,
prendió como el fuego, aunque se dice que en junio el propio Pinkas decidió
apagarlo. Fue un duro golpe para Myriam Fefer del que no se habría recuperado
nunca.
Homicidios aún aguarda los resultados del ADN
recogido en las marcas del cuello de la empresaria, así como el reporte de su
teléfono celular que, inexplicablemente, aún no llegan. Esto permitiría que las
piezas calcen.
Brujería, amor, poder, odio. No deberían mezclarse,
pero cuando lo hacen casi siempre acarrean consecuencias trágicas. La muerte
rondaba en la residencia de los Fefer y no tardaría en mostrar su rostro
decrépito. Amigos de la familia recuerdan que, poco antes de morir, Myriam
andaba feliz porque había ideado un plan para recuperar su fortuna. Era
cuestión de tiempo. Fue entonces cuando la estrangularon. (Américo Zambrano, Patricia Caycho).
II. CRONOLOGÍA DEL CASO:
2.1.(15/8/2006).- La empresaria Myriam Fefer
es estrangulada en su casa. En aquella época Marco Antonio Bracamonte, padre de
Ariel y Eva, señaló que su hija estaría involucrada en el crimen y que Liliana
Castro se benefició con la muerte.
2.2.(Enero 2009).- La Policía
argentina revela a la prensa que el colombiano Alejandro Trujillo Ospina
–condenado por extorsión– confesó ser autor del asesinato de la empresaria
peruana.
2.3.(Julio 2009).- La PNP analiza y confirma
que la sangre hallada en la escena del crimen correspondía al colombiano.
2.4.(9/9/2009).- Eva Bracamonte
Fefer y Liliana
Castro Mannarelli se entregan a la justicia luego de ordenarse su
captura. Horas más tarde son
trasladadas al penal anexo de Máxima Seguridad de Chorrillos.
2.5.(13/10/2009).- La jueza Lorena
Alessi Janssen solicita la detención preventiva de Alejandro o Alejandro
Trujillo Ospina, presunto asesino de Fefer Salleres.
2.6.(27/4/2010).- El sicario
colombiano Alejandro Trujillo Ospina llega a Lima extraditado desde Argentina.
Horas después es recluido en el penal Miguel Castro Castro, de Canto Grande.
2.7.(28/1/2011).- Alejandro
Trujillo Ospina declara ante el titular del Juzgado Penal 50 de Lima que nadie
lo contrató para asesinar a la empresaria Myriam Fefer y que lo ocurrido fue un
accidente cuando ingresó a su vivienda para robar. Negó conocer a los hermanos
Bracamonte y a Liliana Castro.
2.8.(13/12/2011).-Una pena de 35
años de prisión y una reparación civil solidaria de 900 mil soles es lo que
exige la Octava Fiscalía Superior de Lima para Eva Bracamonte Fefer y Liliana
Castro Mannarelli. Similar cantidad de años se pide para el sicario colombiano,
Alejandro Trujillo Ospina, este último también deberá pagar la reparación civil
solicitada.
2.9.(16/5/2012).- La Segunda Sala
Penal para procesos con Reos en Cárcel ordenó que se sometan a una prueba
técnica nuevos indicios que salieron a la luz, que incluían audios y
conversaciones entre las acusadas y sus abogados.
2.10.(22/5/2012).- Luis Lamas Puccio
confirmó que sus defendidas no se acogerían a una sentencia anticipada. “Son
absolutamente inocentes”, indicó.
2.11.(24/5/2012).- La Sala Penal
rechazó otorgarle el beneficio de confesión anticipada a Alejandro Trujillo
Ospina por las contradicciones en las que cayó durante el proceso.
2.12.(6/6/2012).- La Segunda Sala
Penal para Reos en Cárcel ratificó que no incluirá los ocho sobres lacrados en
el juicio por considerar que vulneran el principio al debido proceso y a la
legítima defensa.
2.13.(22/8/2012).- Eva Bracamonte
desistió en su pedido de confrontar durante una audiencia a su hermano, Ariel
Bracamonte. Lamas Puccio justificó la decisión explicando que lo consideraban
innecesario y una experiencia “nada
agradable”, mientras que Ariel aseguró que su hermana se arrepintió por
temor.
2.14.(29/8/2012).- Una auditoría a
la empresa de Myriam Fefer determinó que no hubo un desbalance y no pudo
probarse algún pago al asesino Trujillo Ospina.
2.15.(11/9/2012).- Eva Bracamonte y
Liliana Castro salieron
del Penal de Mujeres por exceso de carcelería. Estuvieron
detenidas durante 36 meses sin sentencia, por lo que cambiaron al régimen de
arresto domiciliario en casas diferentes.
2.16.(21/9/2012).- Fiscalía ratificó
el pedido de 35 años de prisión para Eva Bracamonte y Liliana Castro, así como
para Alejandro Trujillo Ospina, quien también debería pagar una reparación
civil de S/.900 mil.
2.17.(5/10/2012).- Eva Bracamonte y
Alejandro Trujillo Ospina presentaron sus últimos alegatos de defensa en el
penal de Lurigancho.
2.18.(12/10/2012).- Eva Bracamonte
Fefer sufrió un
desmayo y posterior convulsión durante la
diligencia en que se leía la lectura de su sentencia así como las de Liliana
Castro y del sicario colombiano Alejandro Trujillo Ospina. La audiencia fue
reprogramada para el lunes 15 de octubre.
2.19.(15/10/2012).- La Segunda Sala
Penal para Reos en Cárcel condenó a
30 años de prisión efectiva a Eva Bracamonte Fefer
al ser considerada autora intelectual del asesinato de su madre, Myriam Fefer.
Liliana Castro fue absuelta y el sicario colombiano Alejandro Trujillo Ospina
recibió 35 años de cárcel. La defensa de Bracamonte anunció que presentará un
recurso de nulidad a la pena.
2.20.(19/10/2012).- Liliana Castro
sostuvo que “se forzaron las pruebas”
para sentenciar a Eva Bracamonte. “Creo que si alguien lee la sentencia se dará
cuenta que fue establecida en base a supuestos, al debió, al podría, por ese
tipo de cosas no es justo que la sentencien a 30 años”, agregó.
2.21.(29/04/2013).- La jueza Nancy
Carmen Choquehuanca, quien investigó en el 2007 el asesinato de la empresaria
Myriam Fefer, habría recibido un soborno de Ariel Bracamonte para incriminar a
su hermana Eva en el crimen.
2.22(10/07/2013).- Eva Bracamonte
solicitó a los magistrados de la Corte Suprema
que crean en su palabra cuando señala no estar involucrada en el crimen
ocurrido hace siete años. Estos jueces actualmente evalúan si ratifican o no la
sentencia que la Segunda Sala Penal para Reos en Cárcel impuso a Bracamonte en
octubre del año pasado.
2.23.(22/07/2013).- El Poder Judicial
confirmó mediante un comunicado que la Sala Penal Permanente de la Corte
Suprema declaró nula la sentencia de 30 años de cárcel a Eva Bracamonte, que en
octubre le impuso la Segunda Sala Penal para Reos en Cárcel por el asesinato de
su madre, Myriam Fefer.
2.24.(22/07/2013).- Luis Lamas
Puccio, uno de los abogados de la joven, refirió que se necesitan cuatro votos
para que haya una resolución definitiva a nivel de la Corte Suprema. Por ello
será necesario que otro juez supremo dicte el eventual voto dirimente. “En
cuanto a la nulidad del proceso, faltaría un cuarto voto. Si eso ocurre, debe
realizarse un nuevo juicio”, puntualizó.
2.25.(22/07/2013).- El presidente de
la Sala Penal Permanente de la Corte Suprema, Javier Villa Stein,
afirmó que su voto en la decisión que ese despacho tomó sobre la condena
impuesta a Eva Bracamonte (30 años), fue por la absolución de la acusada.
2.26.(27/09/2013).- Eva Bracamonte saldrá en
libertad e irá a nuevo juicio. Juez dirimente
votó a favor de la anulación del proceso que se le sigue por el crimen de Myriam
Fefer. Nuevo proceso lo afrontaría con orden de comparecencia.
2.27.(27/09/2013).- El Presidente de
la Sala Penal Permanente, Javier Villa Stein, ordenó la excarcelación de Eva
Bracamonte.
2.28.(28/07/2013).- Eva Bracamonte abandonó el Penal de
Mujeres de Chorrillos en medio de gran expectativa. La joven llegó a su casa
ubicada en San Isidro, en donde fue asesinada su madre Myriam Fefer. No brindó
declaraciones
III.ANÁLISIS DEL CASO:
3.1. ARGUMENTO 1: El motivo del asesinato fue
quitar del lado y dejar que sea un obstáculo para que se quedara con la
herencia.
3.2. ARGUMENTO 2: el crimen fue planificado por la
hija de la víctima contratando a un criminal
para que cometa terrible hecho siendo ellos lo presuntos autores.
IV.CONCLUSIONES:
4.1. El
Poder Judicial confirmó mediante un comunicado que la Sala Penal Permanente de
la Corte Suprema declaró nula la sentencia de 30 años de cárcel a Eva
Bracamonte, que en octubre le impuso la Segunda Sala Penal para Reos en Cárcel
por el asesinato de su madre, Myriam Fefer
4.2. Eva Bracamonte y Liliana Castro salieron del Penal de Mujeres por exceso de carcelería. Estuvieron detenidas durante 36 meses sin
sentencia, por lo que cambiaron al régimen de arresto domiciliario en casas
diferentes.
V.ANEXOS:
5.1.ANEXO 01:Los impicados en el
asesinato de Myriam Fefer
5.2. ANEXO 02:
VI.BIBLIOGRAFIA:
6.1. blogspot.com/http://logicaeopnp2013.
6.2.
http://www.educacionenred.com/Noticia/examen-de-admision/?portada=11498
6.3. http://peru.com/noticias-de-myriam-fefer-10412
6.4. http://acaboelamor.blogspot.com/2009/09/myriam-fefer-cronica-de-un-asesinato.html
6.5. http://www.larepublica.pe/18-08-2009/ambicion-odio-y-muerte
6.6. http://www.rpp.com.pe/detalle.php?nid=205315
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